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Grandes del Béisbol Cubano

RAFAEL D. ALMEIDA

El gran antesalista criollo, nació en La Habana, el 30 de julio de 1887, murió en marzo de 1962 en La Habana, siendo incluido en el Salón de la Fama de Cuba en 1939. 

Jugó 3 años en las Grandes Ligas con los Rojos de Cincinnati de 1911 a 1913, bateando para .270 de average en 102 encuentros, incluyendo 3 jonrones, 13 dobles y 6 triples, con 46 carreras impulsadas. 

Almeida debutó en Cuba con el Habana en 1904 y finalizó con el Almendares en 1924-25. Durante sus 17 campeonatos en la pelota criolla, dividió sus 361 encuentros entre los eternos rivales, para quienes jugó 6 años con los Rojos y 11 con los Azules. En total, conectó para un promedio ofensivo de .253, producto de 322 hits en 1,273 viajes al plato, con 23 dobletes, 11 triples, 8 cuadrangulares y 52 estafas. 

Almeida fue otro cubano blanco que participó en las ligas Negras con el equipo All Cubans en 1905. Fue elegido al Salón de la Fama Cubano en 1939. 

Sus mejores años, los pasó vistiendo la franela de los Alacranes, donde se desarrolló como una verdadera muralla defensiva y aunque su promedio ofensivo no fue alto, su oportunidad a la hora de impulsar carreras, permitió colocarlo como quinto bate, en una alineación que incluía a Armando Marsans, Gervasio "Strike" González, Armando Cabañas y Julián Castillo. 

Es justo recordar una de sus hazañas, la que realizó durante una visita de los Gigantes de Nueva York a Cuba, dirigidos por John McGraw. La serie se jugó en el Almendares Park, que como es del conocimiento de los viejos fanáticos, parecía un potrero por la enorme dimensión del terreno. Estaba lanzando Otis Crandall por los visitantes y le tocó enfrentarse con Almeida en las postrimerías del encuentro. 

Crandall le tiró una de sus curvas lentas, que parecía que no llegaba al plato, y ante el asombro de todos, Almeida dio un paso hacia adelante, como si estuviera jugando al "flojo", y conectó uno de los batazos más largos, jamás producidos en Cuba. La pelota se voló la distante cerca, situada en el jardín izquierdo. La misma fue a caer junto a un policía montado a caballo, que se utilizaban en aquellos días, para mantener el orden entre los asistentes. 

Para que tengan una idea, de las distancias de aquel estadio, la pelota recorrió mas de 450 pies. El cuadrangular de Almeida, sirvió para que los Azules, derrotaran al equipo de McGraw. 

El año 1911 fue histórico, porque Marsans y Almeida formaron la primera pareja cubana, que jugaron en las Grandes Ligas. Marsans se distinguió posteriormente como timonero en los profesionales, no solamente con el Elmira en los Estados Unidos, sino con varios equipos de la Liga Cubana. Almeida dirigió al Vedado Tennis Club en la pelota amateur, cuando establecieron un record, al ganar cuatro campeonatos seguidos. 

Otra de las coincidencias entre Marsans y Almeida, fue que participaron con los All Cubans en las Ligas Negras en 1905, a pesar de ser blancos.

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La información de esta sección la obtuve en el libro
La Leyenda del Béisbol Cubano de Ángel Torres

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