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Grandes del Béisbol Cubano

ROBERTO GONZALO ORTIZ NUÑEZ

Ortiz fue considerado una figura de leyenda dentro del conglomerado de los Azules del Almendares, al extremo que su muerte en 1971, constituyo uno de los momentos más tristes vividos por los exiliados cubanos. Por la Funeraria Rivero, donde fuera expuesto su cadáver para ser velado, desfilaron miles de hombres y mujeres, que con su presencia estaban haciendo constar la pena que los embargaba. La razón es que Ortiz había penetrado hondamente en el corazón del pueblo, no-solo por haber sido una estrella de la pelota amateur y profesional, sino por sus condiciones humanas, por su carácter, su nobleza y sobre todo, por la sencillez con que supo siempre llevar su categoría estelar.

El féretro que llevó sus restos mortales al cementerio, fue cargado por sus compañeros: Tony Castaño, Camilo Pascual, Armando Vázquez, Julio Moreno, Octavio Rubert, Roberto B. Aragó, Sandalio Consuegra y Joaquín Viego, el mentor que lo llevo al estrellato.

Roberto quien era un gigante de 6 pies 4 pulgadas de estatura y 215 libras de peso, a quien todos le decían cariñosamente el Guajiro, se inició jugando en el Club Senado en 1935. En 1937 y 1938, lo hizo para el Hershey de la Liga Nacional de Amateurs. Comenzó sus labores en la pelota organizada de los Estados Unidos con el Charlotte de la Three State League.

Jugó en las Menores con el Chattanooga y el Montreal. Debutó en las Grandes Ligas con los Senadores de Washington en 1941 y con ellos se mantuvo hasta 1944, regresando en 1949. Dividió su actuación entre los Senadores y los Atléticos de Filadelfia en 1950. Sus totales de 6 años fueron de 213 juegos, .255 de average, 659 veces bateadas, 168 hits, 18 dobles, 10 triples, 8 jonrones, 67 carreras anotadas, 78 impulsadas y 4 bases robadas.

Se desplazó a México de 1945 hasta 1948 donde vistió el uniforme de los capitalinos. Regresó en 1952 con el Nuevo Laredo y en 1955-56 con los Leones de Yucatán. En México impuso un record al conectar de hit en 35 partidos consecutivos, obteniendo de paso la corona de los jonroneros cuatro años seguidos (1945-48), así como de "slugging" otras cuatro temporadas seguidas (1945-48). Fue dos veces líder impulsador (1946, 1948), dos al frente en dobles (1946, 1948). Su promedio al bate en 7 años fue de .304, el producto de 576 hits en 1895 al bate, con 394 carreras anotadas, 418 producidas, 123 tubeyes, 32 tribeyes y 106 jonrones.

Debutó en Cuba con el Habana en 1939-40 y en el siguiente campeonato se pasó al Almendares. No participó en el torneo de 1941-42 y regresó con los del color Azul de 1942-43 hasta 1946-47. En 1947-48 jugó para los Alacranes de la Federación Nacional en La Tropical. No participó en 1948-49 y volvió con los Azules de 1949-50 a 1953-54, cuando dividió las hostilidades entre el Almendares y Marianao. En 1955-56 fue cambiado al Habana y se dio el caso que el súper héroe del Almendares, terminó su carrera donde la comenzó: con los odiados Rojos del Habana.

Finalizó sus 14 años en la Liga Cubana, con average de .275, en 2055 veces al bate, 565 hits, 68 dobles, 25 triples, 62 jonrones, 270 carreras anotadas, 321 impulsadas y 32 bases robadas.

El lunes 11 de febrero de 1952, se estreno en los cines Fausto, Reina, Roxy, 4 Caminos, Olimpic, Gran Teatro y Santos Suárez, la película "Honor y Gloria", basada en su vida, la que protagonizó junto con Alberto González Rubio y Yadira Jiménez, donde aparecieron cantidad de los peloteros cubanos y extranjeros que actuaron en el campeonato de la Liga Cubana perteneciente a 1951-52. El ser escogido como la figura estelar de la primera película filmada en Cuba acerca del deporte de la bolas y los strikes, demostró la popularidad de que gozaba Ortiz.

Muchos conservan en la memoria su recuerdo como jonronero, pero olvidan que fue muy consistente con el bate. Eso lo demostró al resultar el campeón de los bateadores en 1943-44, cuando logró un average de .337. Inclusive en 1949-50, cuando empató en el liderato de los cuadrangulares con el jardinero Don Lenhardt del Habana con 15, pudo conectar para un promedio de .315. Igualmente logró batear a un ritmo de .313, .311 y .305 durante las campañas de 1940-41, 1947-48 y 1954-55 respectivamente. También fue campeón impulsador con 36 en 1942-43.

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La información de esta sección la obtuve en el libro
La Leyenda del Béisbol Cubano de Ángel Torres

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